En pleno mes de enero y en mitad del invierno no es de extrañar que el mal tiempo, el frío, la nieve o la lluvia hagan acto de presencia en muchos de nuestros días, algo que puede suponer un verdadero tormento no solo por el hecho de que muchos odian este tipo de tiempo meteorológico invernal sino porque cuando llueve el modo en el que debemos conducir no es igual sino que hay que extremar las precauciones.
Lo primero que debemos tener en cuenta a la hora de conducir bajo la lluvia es que este hecho reduce la visibilidad. Da igual la intensidad de las precipitaciones ya que de un modo u otro afectarán a nuestra visión durante la conducción, algo que ser verá aún más agravado durante las horas de la noche por la ausencia de luz. Todo esto hace que pueda aumentar nuestra fatiga al volante, algo que resulta muy peligroso cuando somos nosotros mismos los que pilotamos nuestro coche.
Con todo esto, y dada la reducción de nuestro campo de visión durante estos episodios de lluvia, sea cual sea su intensidad, es necesario que estemos seguros de que tanto los parabrisas como las escobillas de los mismos estén en perfecto estado para así poder ayudarnos en la tarea de eliminar el agua y poder mejorar nuestra visión global de la carretera. En esto se incluye el hecho de que esos elementos deben estar en buen estado de conservación, mantenimiento y limpieza para que pueden cumplir con su cometido
Lo que también debe estar en buen estado de conservación y limpieza a la hora de presentarse la lluvia son las luces y todos los faros del coche tanto delanteros como traseros para poder iluminar la carretera debidamente durante la tormenta. Y es que por lo general siempre que llueve aunque sea en poca cantidad es obligatorio por lo general llevar puestas los diferentes tipos de luces de nuestro coche de forma permanente para poder ver y también para poder ser vistos, llegando incluso a poner los faros anti niebla en caso de que fuera necesario.
Otro de los consejos que debemos seguir a la hora de conducir con lluvia es aumentar la precaución así como la distancia de seguridad con el resto de los coches ya que el agua de las precipitaciones caídas y que se acumulan en la calzada hace que aumente de forma considerable la distancia de frenado lo que unido a la mala visibilidad mencionada anteriormente puede causar verdaderos estragos si no ponemos un cuidado especial aumentando esta separación entre los coches que circulan al mismo tiempo que nosotros.
Pero si hay algo con lo que debemos tener especial cuidado cuando conducimos en condiciones de lluvia es el efecto del aquaplaning, que se da cuando nuestro coches se desliza y pierde el control sobre un lado debido a la lluvia. Para evitarlo, debemos revisar nuestros neumáticos para coches y tenerlos en todo momento en condiciones adecuadas para conseguir un mayor agarre y estabilidad en carretera incluso en condiciones meteorológicas adversas.