Con la llegada de la primavera, dejamos atrás el invierno. Las temperaturas empiezan a ser más cálidas y los días son más largos. En esta época usamos más nuestro vehículo. Por eso es importante prepararlo, empezando por los neumáticos. Y es que con la llegada del verano, nuestros neumáticos pueden verse afectados por los cambios del clima y el uso que hacemos del coche. De hecho, las ruedas son las piezas que expuestas están a la temperatura ambiental y a la carretera. Así pues, cambiar nuestros neumáticos de invierno por neumáticos de verano es la mejor solución para aumentar el nivel de protección de nuestro vehículo y garantizar nuestra seguridad al volante.
La buena noticia es que comprar neumáticos de verano ya no es tan caro como hace algunos años. En la actualidad, podemos encontrar tiendas de neumáticos online donde adquirir neumáticos a buen precio y conseguir, de esta forma, la mejor calidad sin que suponga un gran coste para nuestro bolsillo.
Los neumáticos de verano se utilizan, generalmente, en países de climas cálidos entre mayo y octubre siempre que la temperatura no sea inferior a 7ºC, pues es cuando su rendimiento se degrada considerablemente. Este tipo de ruedas se caracterizan por tener un caucho más duro que consigue una mayor adherencia del vehículo a la carretera y un mayor control para adaptarse a las altas temperaturas. La legislación española establece que, para garantizar la seguridad del conductor y de los ocupantes, el dibujo tenga una profundidad mínima de 1,6 mm.
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Ventajas e inconvenientes de los neumáticos de verano
Los fabricantes de neumáticos recomiendan disponer de un juego distinto de gomas para cada estación que debe ser remplazado en el momento oportuno para mejorar el rendimiento del vehículo y reducir el nivel de degradación y el consumo. Los neumáticos de verano presentan una superficie de rodadura y un diseño distinto. Ofrecen grandes ventajas frente al resto de neumáticos durante los meses más calurosos, pero también ciertos inconvenientes. Precisamente por ello, es importante llevar en cada estación las ruedas más adecuadas.
Ventajas
- Mayor adherencia: esto se ve reflejado en un aumento de la seguridad y en la reducción del tiempo de frenada.
- Mejor maniobrabilidad: en condiciones no extremas, los neumáticos de verano permiten que las maniobras se llevan a cabo de una forma más óptima.
- Mayor superficie de contacto: los neumáticos de verano suelen ser más anchos, lo que se traduce en un mayor agarre a la carretera. No obstante, es precisamente esto lo que también aumenta el riesgo de sufrir un accidente en caso de lluvias, pues tienden a perder tracción y a patinar.
- Reducción del ruido y el consumo: la menor resistencia a la rodadura hace que el nivel de ruido sea menos y que el consumo de combustible descienda.
Inconvenientes
- Mayor superficie de contacto: aunque aumenta el nivel de seguridad en seco, el hecho de que sean más anchos se traduce en un incremento de consumo de combustible. Esto se debe a que el vehículo necesita mayor propulsión para mover unos neumáticos de diámetro mayor.
- Menor adherencia en climas fríos.
- No son adecuados para el hielo y la nieve: aunque dejan salir mejor el agua gracias a sus dibujos, al ser más duros que los neumáticos de invierno, no son la mejor opción para circular sobre el hielo y la nieve.
Recomendaciones para los neumáticos de verano
Tanto los fabricantes de neumáticos como la DGT hacen las siguientes recomendaciones sobre los neumáticos de verano:
- Ranuras: es importante que el dibujo nunca tenga una profundidad inferior a 1,6 mm para garantizar la óptima adherencia a la calzada y evitar el deslizamiento.
- Todo el año: si el clima lo permite, los neumáticos de verano pueden llevarse todo el año. Pero deben mantenerse siempre en muy buen estado para evitar accidentes en caso de lluvia.
- Presión: si los neumáticos tienen una baja presión el consumo se incrementa y si están demasiado inflados la estabilidad del vehículo se ve afectada. Por eso, es recomendable comprobar la presión regularmente.
- Ahorro: llevar un tipo de neumático adecuado a la estación del año garantiza un menor desgaste, lo que se traduce en una mayor seguridad y ahorro, ya que a la larga duran más y compensan el gasto.