Es fundamental que todos los conductores sean conscientes de la importancia de llevar unos buenos neumáticos en su vehículo, ya que estos son los principales pilares de seguridad del mismo. Por este motivo, cuando llega la hora de cambiarlos, debemos elegir aquellos que además de ser eficientes, nos proporcionen un buen nivel de prestaciones. Por supuesto, dentro de nuestro presupuesto y del uso que vayamos a darles.
La cuestión es que en los últimos años, debido a la crisis, son muchos los conductores que han empezado a comprar neumáticos de segunda mano con el objetivo de ahorrarse incluso la mitad del precio habitual. Lo cual no siempre es recomendable, pues no sabemos cuál es su procedencia, si vienen de un coche siniestrado o si se encuentran un poco deformados y no se nota en apariencia. Obviamente conseguir el agarre necesario en una situación de peligro es muy importante si no queremos sufrir un accidente. Aunque en situaciones normales la diferencia entre unos y otras pueda ser inapreciable, cuando nos enfrentamos a situaciones de riesgo es cuando realmente se nota.
Pero además, a pesar de que las técnicas de recauchutado han mejorado mucho en los últimos años, siempre existe la posibilidad de que seamos víctimas de un reventón a alta velocidad. Con lo cual, lo más aconsejable es apostar siempre por neumáticos de calidad aunque su precio sea más elevado, ya que es nuestra seguridad la que está en juego.
En la actualidad, podemos comprarlos en talleres físicos, pero también en alguna tienda de neumáticos online. La cuestión es saber cuáles son mejores y cuáles nos proporcionarán una mayor seguridad al volante. Afortunadamente, hace un par de años se instauró una nueva etiqueta que nos permite conocer algunas de las prestaciones de los neumáticos. Y es que además del precio, entre una categoría y otra existen otras diferencias. Este nuevo etiquetado europeo se aplica a neumáticos para todo tipo de vehículos, pero no a neumáticos recauchutados, con clavos, de competición o de colección.
Si compramos un neumático A de alta calidad, el precio rondará los 100 euros, mientras que los de tipo G de baja calidad, suelen costar alrededor de los 50 euros. Pero además del precio, las diferencias se hacen patentes en sus prestaciones. Según una simulación de 180.000 km llevada a cabo por Michelín en vehículos tipo turismo, en una vía mojada la diferencia de frenado entre un neumático A y un neumático G es de un 30%, lo que equivale a 18 metros. Una distancia que puede marcar la diferencia entre sufrir un accidente o no.
En lo que respecta a la eficiencia energética, los neumáticos A contribuyen a reducir el consumo de combustible en un 7,5%, lo que supone medio litro con respecto a los neumáticos G si ponemos como ejemplo un turismo que consume de media 7 litros por cada 100 kilómetros. Esto quiere decir que, aunque el precio de los neumáticos de mayor calidad sea más alto, a la larga la diferencia no es tanta cuando se plantea la cuestión del ahorro de combustible.
Por supuesto, llevar un neumático de calidad no es suficiente para evitar accidentes y para lograr un mayor ahorro energético, sino que hay que llevarlos siempre en perfectas condiciones. Y es que un neumático A puede convertirse en un G si la presión no es la adecuada según las indicaciones del fabricante. Por eso, es muy importante revisar la presión de los neumáticos regularmente para asegurarnos de que se mantienen en perfectas condiciones. Y no solamente de presión, sino también del resto de elementos, como la profundidad del dibujo y que no tenga grietas o deformidades. De lo contrario, dará igual que tengamos el mejor neumático del mundo, ya que al enfrentarnos a situaciones de peligro, no responderán adecuadamente. Recuerda que contar con neumáticos de calidad y mantenerlos en buenas condiciones puede ayudarnos a evitar más de un accidente, especialmente cuando las condiciones climáticas y de la carretera son adversas.